Por Maulina
2024-08-06
Loreto Pérez (Santiago-Talca 1964) Artista Visual Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, ha desarrollado intervenciones, instalaciones, exposiciones, proyectos y performance en Talca, Santiago, Concepción, Curicó, Molina, Linares, Valparaíso, La Serena en Chile, Hanga Roa Rapa Nui en Polinesia; Madrid y Sitges en España, Bolzano, Venezia, Borgo y Scurelle en Italia. En Talca ha desarrollado un ejercicio constante de co creación de colectivos de artistas y espacios, generando proyectos que han sido gravitantes para la escena de arte contemporáneo local. La apertura del Laboratorio/Galería Reivindicación del siglo XX (2001) en Talca, la toma de terreno e instalación colectiva de Galería Mediagua, en la Población Edén en Talca (2002), y el Colectivo "Descabezados" (2018) son algunos de estos procesos.
Como Gestora Cultural trabaja en la Unidad de Fomento de las Artes de la Seremi Maule del Ministerio de las Culturas, Las Artes y el Patrimonio desde el año 2009. Ha coordinado programas Okupa, Chile + Cultura y Acceso y ha trabajado como Profesional de Apoyo de las Unidades de Ciudadanía y Fomento. Actualmente gestiona las acciones de Artes de la Visualidad, Audiovisual, Exenciones Tributarias y participa en el equipo Cultura del Comité Regional de Igualdad de Derechos y Equidad de Género del Maule.
Es co fundadora de la Corporación Cultural Corinto, del Colectivo "Descabezados", de la Agrupación Migra y co fundadora de la Agrupación de Audiovisualistas del Maule. Además, representante de artistas en cuatro (4) Cabildos Nacionales de Cultura (2000-2001-2002-2003).
Tu trabajo refleja un fuerte compromiso político y social. ¿Cómo crees que la situación sociopolítica en la región del Maule ha influido en tu práctica artística?
Este año estoy viviendo mi ciclo 60 y eso me ubica en una generación transmedial en sentido más amplio que puedan imaginar: analógica - digital; cronológica - simultanea; integrante - usuaria; vecina - individua; confiable - sospechosa; casera - clienta; idealista - feminista, en fin, artista - funcionaria…
Nací entre Santiago y Talca, aprendí a caminar en un lugar llamado Semillero, entre Colbún y Yerbas Buenas. Crecí y estudié en dictadura. Primero en escuela y liceo público militarizados, me arranqué a un colegio integral donde me becaron para terminar la educación media y este lugar fue lo más saludable para mi adolescencia artística. Todo en una ciudad con buen sustrato para plantar cualquier injerto. Nuestra ciudad es algo mitómana, bastante amnésica y misteriosamente loca y laberíntica. Siempre así, es el hogar abrazable y continente. Después partí a estudiar arte a la Universidad de Chile en Santiago, también intervenida por la dictadura. Somos de alguna forma sobrevivientes…
Viví la niñez en Talca jugando entre cardos y chacras frente a un asilo psiquiátrico que era nuestra extensión de realidad. Mi familia grande, la materna, resolvía sus diferencias en la mesa, discutiendo a todo dar y volviendo a abrazarse. Algo esquizofrénico pero digno de los tiempos que se vivían.
Ser artista requiere ser consciente de tu percepción de las realidades que te rodean. Es una necesidad constante y que implica tensiones internas y generosidad para pensarlas, relacionarlas y tomar caminos. Hacer arte es una decisión política.
Sacrificada, 2020 / Fotografía Javiera Valenzuela
¿Cómo manejas el balance entre las exigencias de tu rol institucional y tu necesidad de mantener una práctica artística activa y crítica?
Las contradicciones son parte de la existencia. Cómo se puede ser feliz con la seguridad de que la vida se va a transformar y que la experiencia de la muerte llegará.
El trabajo institucional es una de las prácticas que realizo donde converge dos condiciones muy importantes para mí, por un lado, estoy desarrollando gestión cultural, aportando con la experiencia y conocimiento del trabajo creativo y cultural a un equipo dinámico en sentido etario y profesional, y por otro, genero las condiciones, los recursos para mi práctica artística. Como funcionaria tengo restricciones para acceso a financiamientos para crear y circular obras mías o en algunos casos para formar parte de trabajos colectivos de importancia en el sistema del arte. Lo he resuelto con una real autogestión y eso me estimula. Si profundizamos, tanto las personas que postulan a los financiamientos como yo, accedemos por distintas vías y distintas exigencias a los recursos públicos. El rol igual es exigente, tiene estatutos y normas muy estrictas y al principio me costó bajar el moño ante tanta normativa para agilizar procesos, me sentía a ambos lados del mesón, artista y funcionaria. Todavía trato de llevar al equipo a un plano de interpretación que posibilite flexibilidad en torno a decisiones, lo que en muchos casos la mirada administrativa no lo permite. Además, que nos hemos transformado en una sociedad muy sospechosa de todo lo que se hace y no solo con las instituciones, también entre pares. Se instala, algunas veces, suspicacias y prejuicios. Por mi parte mantengo y defiendo una actitud crítica en el Ministerio de Cultura como en la creación. Hago con pasión, digo lo que pienso y nado en la inestabilidad de los cambios. Eso sí, nado desde muy niña y tengo disciplina.
¿Qué importancia le das a la colaboración con otras disciplinas artísticas en tus proyectos, y cómo estas interacciones enriquecen tu trabajo?
Fundamental. Es lo que más me apasiona en la creación. Interactuar y enriquecer con la mirada de lo que vayamos conociendo colectivamente. Las sincronías son maravillosas abren y expanden. Me emociona decirlo… han sido tantas experiencias hermosas y nutritivas. Es un ejercicio que además acerca e involucra a las personas que te rodean, apoyan, desde sus experiencias. Entre disciplinas, cada artista hace un camino. Encontrarse y aceptar agüita calma la sed. Mi investigación creativa se ha desarrollado desde dos vertientes que nutren mi desarrollo artístico: “Hábitos”, que realizo preparando vestuarios e interviniendo espacios públicos, galerías, eventos con acciones performáticas y “Acción colectiva” donde convoco a diversos artistas y comunidades a generar procesos de co-creación bajo un mismo techo o participando en comunidades creativas que se van fundando en el devenir de una obra. En ambos procesos vamos tejiendo relaciones de cohabitación y desdibujando la noción de autoría o autoridad que se ha arraigado en nuestra cultura. Las materias primas que utilizo, por un lado, parten de vestuarios de segunda mano, encontrados o buscados y rearticulados para mantener su condición de hábito, provocando un guiño al uso y costumbres. Por otro lado, en los procesos de colectivización la cohabitación implica generar conciencia de una otredad e incorporar esas maletas de herramientas que cada persona lleva. El Hábito y Cohabitar, me conecta a una raíz familiar como sustento de las fusiones y sincretismos que me conforman, me permite encontrar, leer y desentrañar y al mismo tiempo dar valor y resignificar.
Me Protege, 2014 / Fotografía Giorgio Dalceggio
En el contexto de las artes visuales, ¿cómo ves el futuro de la cultura en la región del Maule, especialmente en relación con la participación ciudadana y la valorización del arte local?
Es un ritmo diverso al de los grandes circuitos, más tranquilo, pausado. Creo que responde todavía a la naturaleza. Cultura dice cultivar y en nuestra zona existe esa rítmica de las estaciones, lo veo muy relacionado. Más que el futuro, doy cuenta de una posible “re evolución” como dice A. Jodorowsky, que se va re creando a cada paso. No sabemos dónde llegará, solo que a las personas le va haciendo sentido hoy estar y saber qué están realizando sus artistas, los espacios culturales. También formar parte de estas “re evoluciones” en los lugares donde se sienten parte. Cuando se habla de reconstruir el tejido social desde la cultura es esta la forma que ha tomado hoy. Sea llamada “Puntos Cultura”, “Red Cultura”, como la bauticemos, después se irá transformando por la misma necesidad y los conocimientos que lo enriquecen. Este movimiento orgánico recupera el valor del arte, de la creación local.
Ahora, está vía debe ser compartida, participativa, discutida, corregida, para que las políticas culturales locales sean levantadas reflejando esa mirada crítica. Estamos realizando ejercicios artísticos colaborativos constantes en los lugares donde levantamos alguna idea, donde se asoma alguna provocación.
Obra Generosa, 2019 / Fotografía Simón Fuentes
Sedienta, 2020 / Fotografía Javiera Valenzuela
Como miembro de un colectivo local, ¿qué rol crees que juegan los colectivos artísticos en la construcción de un tejido cultural más fuerte y consciente en la región?
Lo primero puede ser que resuelve de cierta manera la formación de conocimientos con sentido crítico, al apoyarse y disponerse a trabajar conjuntamente. La autoformación en simbiosis activa es significativa para los grupos de trabajo. También en sentido práctico, los colectivos, resuelven de forma óptima los problemas técnicos y logísticos que son una constante. Cada saber aporta.
Los colectivos que hemos fundado durante décadas en la región han sido academias abiertas que siguen resonando en la escena y las obras desarrolladas han proyectado modos de vernos como territorio. La consciencia es parte de este laboratorio infinito. Hoy desde “Descabezados” estamos discutiendo entre otros temas, el rol del arte en un sistema neoliberal que absorbe y se alimenta de experiencias rupturistas ¡buen apetito! Entonces para las nuevas generaciones que están empapadas de este modelo, con referentes estructurales que dialogan con el individualismo, la competitividad, el exitismo, la urgencia, perciben que algo huele mal. Formas que complejizan ese tejido que mencionas. Al mismo tiempo, la energía de jóvenes artistas la vemos vital en el proceso y traspaso generacional. Forzamos, como ejercicio constante, la experimentación y reflexión en las propuestas y traspasamos límites autorales.
Colectivo Descabezados "Nadadores", 2018 / Fotografía Simón Fuentes
Colectivo Descabezados "Impura", 2023 / Fotografía Simón Fuentes
Desde tu perspectiva, ¿cómo pueden las artes visuales contribuir a un diálogo más amplio sobre los derechos humanos y la justicia social en el Maule?
Los DDHH como acuerdos universales que nacen de los genocidios del SXX en Europa, son el marco fundamental que sabemos estará equilibrado en razón de interpretaciones jurídicas y culturales además de los eternos conflictos que los poderes económicos ponen en juego.
Desde nuestro centro de acción, los principios ya están instalados. Los derechos culturales fueron exigidos por artistas en los últimos años del siglo XX acá en la región y estuvimos en los cabildos nacionales de cultura para construir una institucionalidad cultural basándonos en ellos. Estuvimos también en cada ley sectorial que se ha logrado instalar para dar valor al trabajo cultural y dignificar a trabajadoras y trabajadores culturales. Estos logros son pasos iniciales, que dan un carácter particular, un color local, como decimos en código pictórico.
Pienso que un/a artista contemporáneo/a, en sentido que crea en relación con su temporalidad y los síntomas que laten allí, contribuirá a detonar diálogos y muchas otras expresiones humanas en la búsqueda de esa justicia que se nos arranca un poco más lejos cuando la tocamos.
En tu experiencia, ¿cómo percibes el apoyo institucional hacia las artes visuales en la región del Maule, y qué cambios crees que serían necesarios para fortalecer este sector?
Esta pregunta conecta con lo que he dicho anteriormente. La institucionalidad cultural actual es joven en nuestro país, tiene 6 años, y se ha ido arreglando la carga en el camino. La urgencia tiene su costo y sumar a esto el dinamismo de los tiempos es importante para no perderse en lo cercano. La SE de AAVV, está empezando a elaborar un anteproyecto de ley sectorial y esto puede ser una buena oportunidad para incidir y dar otros pasitos en la descentralización de programas y recursos. Ahora, ¿dónde estaría la clave o claves para que todo se alinee? Acá está según veo, la fragilidad y volvemos a la imagen del ritmo estacional v/s la vorágine del sistema del arte. No calza, la asincronía nos pilla… Si nos sumergimos para encontrar esa relación existencial tan necesaria para la investigación creativa, desconectamos el dispositivo institucional y por consecuencia, cuando se requiere organizaciones resistentes para poder llevar un debate serio y constante que nutra a la institucionalidad de códigos, de bases y datos de las necesidades del sector, ¡oh! pasó un ventarrón y la casa no resistió.
Entonces una que otra energía aislada se levanta como voz y eco de una escena que se pierde, la energía está por ahí desordenada, que puede ser un estado de equilibrio y no logra ser una contraparte validada por los pares para la institucionalidad. Ahí algunos cambios nos harían bien, pero es necesario tener claridad de contexto. ¿Seguimos en la asincronía o nos acercamos para en lo posible ponernos de acuerdo?.
Entiendo perfectamente las necesidades particulares, debemos parar la olla cada día y la investigación de obra requiere siempre activar el laboratorio, la cocina. Rescato, en esta(s) realidad(es), el re - unir, que es una de nuestras buenas cualidades y que es urgente estar vigilantes para reactivar. Ser faro. Podemos sacudirnos un poco la ilusión y también al/la paciente que llevamos de la mano. Pienso que se va diluyendo una esencia vital y nos queda la posibilidad de validar y defender al estado como garante de los derechos sociales y culturales, retomar un rol contralor, más exigente de lo que mandatamos a la institución y, no dejar de conversar como gesto de bienestar.
Sitios de interés
Exposiciones, instalaciones, intervenciones
Entre sus exposiciones, instalaciones e intervenciones destacan: “Vulnerada” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2024) en co creación con artista Giorgio Dalceggio y Javiera Valenzuela; “Te Recuerdo” Intervención Colectiva (congregando a 42 artistas) en Conmemoración de los 50 años del Golpe Cívico Militar en Chile, Edificios de Servicios Públicos de Talca (2023); “Fracturada” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2023) en co creación con artistas Daniela Sol y Giorgio Dalceggio; Exposición colectica “Descabezados”, obra “Impura II” Instalación, Museo de Arte y Artesanía de Linares (2023); Exposición colectica “Descabezados”, obra “Impura I” Instalación, Galería Centro EXTUCM Talca (2022-2023); “Temerosa” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2022) en co creación con artista Giorgio Dalceggio; “Infinita” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2021) en co creación con artista Giorgio Dalceggio; “Sacrificada” Intervención Pública Conmemoración 11 de septiembre (2020) en co creación con artista Giorgio Dalceggio; “Sedienta” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2020) en co creación con artista Giorgio Dalceggio; “Límite Carranza” Intervención Galería O, Santiago (2019) en co creación con artista Mariana Riquelme; “Generosa” Intervención pública Día de la Mujer, Talca (2019) en co creación con artista Giorgio Dalceggio; Exposición colectiva “Descabezados”, obra “Nadadores”, Talca (2018); “MIGRA, Loreto Pérez + Simón Fuentes” en “Transferencias Transatlánticas” para publicación “Animita Papel Nº 17”, Galería Sala de Carga”, Talca (2015); “Qué te alimenta” Intervención Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Bolzano y Feria de Borgo, Italia (2015); “Territorio Tomado” Intervención pública Encuentro Mestizo, Arte y Ciudadanía Hanga Roa, Rapa Nui (2015) en co creación con artista Mariana Riquelme; “Me protege?” Instalación visual/sonora colectiva, en “New Maternalisms” MAC Santiago(2014);”Múltiples latitudes” Co-dirección proyecto de Artes Integradas entre artistas de Trento, Italia y Talca, Chile (2014-2015); “Un largo temblor” Intervención Colectiva, Patio Rugendas, Talca (2014); “We Tripantu” Performance 22 al 23 de junio, Av. Ilustración, Madrid, España (2013); “d-evolución” Intervención y Performance, Sitges, España (2013); “Las Moiras” Intervención Colectiva Estero Los Puercos, Corinto, Chile (2013); “Canasta Familiar” Instalación Colectiva Trienal de Chile 2, Galería Metropolitana Santiago, Chile (2012); “Privados de lo Público”, Intervención colectiva MOP Talca, Chile (2011); “Te arriendo mi sombra” Intervención Urbana colectiva e instalación Galería Centro y Edificio Caracol de Talca, Chile (2011); “Albacea, o el Hábito de Contenerse” Intervención con apoyo colectivo “El Paraíso” Talca (2009); “Imágenes Extramuros” Instalación e intervención pública en el Edificio de Servicios Públicos de Talca y en el Centro Extensión UCM Talca (1999). Expuso en la Galería Gabriela Mistral la obra “Lumbral”, en la muestra colectiva “Maule post sentimental” (2000), curada por Reinaldo Moya, junto a los artistas Rubén Reyes, Reinaldo Villar y Mauricio Gutiérrez y realizó la curaduría conjunta de la Exposición Colectiva “Cartografías de Localización” para la Galería Gabriela Mistral (2005), presentando la obra de los artistas Simón Fuentes y Mauricio Gutiérrez.
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