Constitución
El proyecto de Valeria es el resultado de un proceso de vinculación con un territorio a través de la fotografía. Desde la cordillera del Maule, es residente de Constitución desde hace dos años.
Seducida por las rocas de alto atractivo turístico de la zona, la autora transita pensando sobre la génesis orgánica del territorio hasta los vestigios del impacto humano generados por el antiguo astillero que se instaló a comienzos del S. XIX y la actual devastación de la celulosa que allí opera.
Valeria se involucra con la historia del territorio que habita e invita con imágenes en claves oscuras, a la introspección, estableciendo un contrapunto visual entre el paisaje natural y cultural, asimilando la fotografía como lenguaje para atravesarla con una mirada reflexiva sobre su nuevo entorno.
Curatoría y texto por Constanza Avello
En ritmo y sintonía con su entorno.
Me gusta darles un relato a los pájaros. A veces hay fotos más técnicas, a mi eso no me funciona porque por alcance no llego, entonces, le voy dando una historia, un contexto. Es un aprendizaje constante, porque uno llega con el ego humano como si los pájaros no se fueran a dar cuenta, asi que he tenido que cambiar mi ropa, mi presencia... Fotografiar pájaros es una terapia porque hay que ir en silencio, es toda una aventura.
Valeria es Administradora Pública de profesión, pero sus intereses son más cercanos a la naturaleza y el aprendizaje constante de la biodiversidad de los territorios. Actualmente su quehacer laboral está en la serigrafía, un arte con bastantes similitudes al proceso de revelado, llegó de manera circunstancial y se divierte. Durante este retorno también está aprendiendo a tocar guitarra y a desarrollar más sus relaciones humanas en un proceso que Valeria define como un re descubrimiento y una búsqueda de nuevos caminos, en los que ya no quiere limitarse.
Con un espíritu inquieto, cuenta algunos hitos que han marcado nuevas formas de ver la vida, entre esos: una beca a España a los 23 años, una experiencia en una escuela rural por Servicio País en la IX Región, y el voluntariado por la Conaf en San Pedro de Atacama en donde compartió con comunidades y vivenció en persona el problema del agua. Sus años de estudio en Santiago también fueron decisivos, aportándole entre muchas cosas, un nuevo concepto de la calle.
Con una estética aparentemente Dark, su propuesta fotográfica se inspira en los otoños, los días nublados y en contar relatos en contexto de naturaleza. Se trata de ese ser en sintonía con su entorno y cómo este se relaciona.
Valeria es reconocida por sus imágenes en torno a la flora y fauna. Lo de su fascinación por los pájaros empezó en 2018 cuando se fue a vivir a Teodoro Smith, ahí tenía un amigo pajarero que le enseñó a diferenciarlos. Ese mismo año se compró una cámara y se dio cuenta de que la naturaleza era su máxima inspiración.
La fotografía, sin embargo, ya estaba en su vida desde los 12 años, pero no había un camino claro, era más bien experimentación con todo lo que se le cruzara. Luego llegaría esa claridad y sintonía con el oficio en relación al rescate del patrimonio natural, y allí se quedó, fascinada, ahora siente que a esto le gustaría dedicarse.
Sus imágenes han aparecido en libros de aves, en portadas de discos de diferentes bandas y hasta ganó un concurso en Curicó en donde logró exponer, por primera vez en su vida, en un gran formato de 2 metros de alto.
Ahora también indaga en la exploración de las imágenes en movimiento, captando la naturaleza desde sus ojos, mezclando su capacidad de sorprenderse, cuestionándose y maravillándose al mismo tiempo. Mientras para capturar estos instantes debe entrar en el ritmo de la naturaleza, sus sonidos y colores, para eso; cada vez utiliza más verdes y camuflajes, se sumerge de manera silenciosa y espera, para Valeria es casi una terapia, aquí se despoja del ego y se sumerge en esta aventura que la moviliza y la transforma.